1. La Cruz del Ávila: la historia del símbolo navideño de los caraqueños que celebra su 61 aniversario

Cómo nace la idea que ilumina las noches de diciembre

Cada 1 de diciembre, se enciende la Cruz del Ávila para celebrar la llegada de la Navidad. Esta tradición culmina el 6 de enero junto con la visita de los Reyes Magos, marcando el comienzo de la época más hermosa del año.

Cruz del Avila en Parque Nacional El Avila

Ha sido así desde el 1 de diciembre de 1962, cuando el ingeniero estadounidense Ottomar Pfersdorff, quien llegó a Venezuela en los años 40 y trabajaba en la Electricidad de Caracas desde 1948, tuvo la idea de crear un símbolo que representara el comienzo de las festividades de diciembre para los habitantes de Caracas.

La primera Cruz del Ávila

El 1 de diciembre de 1962, Ottomar y el personal del Hotel Humboldt cerraron las cortinas de treinta habitaciones, desde el primer piso hasta el decimocuarto, y mantuvieron las demás encendidas durante toda la noche para crear la imagen de una cruz cristiana de treinta metros de altura. 

En poco tiempo se volvió un ícono caraqueño del inicio de la Navidad y hasta 1966 se mantuvieron armando la cruz iluminando habitaciones del hotel Humboldt, pero el consumo eléctrico del hotel se hizo insostenible, ya que para mantener la cruz encendida todas la noches se requería 146 bombillos de 100 vatios y 6 reflectores de 1.000 vatios, lo que generaba un consumo de 384 KWh.

En 1967 se decide colocar una cruz de 30 metros de alto por 20 metros de ancho en la antena, prestada por Venezolana de Televisión, ubicada en Los Mecedores, a una altura de 1.760 metros sobre el nivel del mar.

Para su encendido eran necesarios 24kW al día. Tenía 120 lámparas fijas de 150 vatios cada una, así como cuatro lámparas de destello de 1.500 vatios cada una. Esta estructura se usó hasta el año 1982 cuando se construyó, en apenas dos meses una cruz de hierro galvanizado de 37 metros de alto, que hasta hoy ilumina la noche caraqueña en diciembre

Historia del Ingeniero

Edmond Benedetti fue el primer extranjero en convalidar su título en la Universidad Central de Venezuela. Después de haber pasado 15 años en el país, sintió una fuerte conexión con él. Este logro fue destacado en el boletín «Líneas», publicado por Electricidad de Caracas.

Una tarde de octubre, mientras miraba hacia la montaña desde su casa de El Rosal, Benedetti tuvo una idea. Imaginó una cruz hecha de luz sobre Ávila, simbolizando el bienestar, la esperanza, la fé en Cristo y la patria. Este símbolo no sólo sería significativo para los venezolanos sino también para los extranjeros como él, que consideran este lugar su hogar. Incluso hoy en día, la idea de Pfersdorff sigue viva.

Edmond Benedetti, quien trabajaba en la década del 1960 en distribución comercial de la Electricidad de Caracas, explica que fue muy sencillo aprovechar las habitaciones desocupadas del Hotel Humboldt para formar una cruz, que muchos llegaron a pensar fue “construida” en el edificio. “Lo más  importante que se  deseaba  alcanzar con la  gigantesca cruz de luz en el Ávila, se logró. Las gentes de la apurada Caracas del presente, al levantar la vista se preguntaban ¿qué es eso?. Un símbolo a la Cristiandad y a la fé religiosa de un mundo y un país”, decía Benedetti en una entrevista en 1963.

DATO CURIOSO

Antes de decidirse por una cruz se consideró iluminar, en el cerro Ávila, un arbolito o una estrella pero la representación universal de la cruz, terminó siendo la opción ganadora y la que se conoce actualmente.

La Cruz que hoy conocemos

La Cruz del AvilaEn 1982 se construye una nueva estructura de 37 mts de alto por 18 mts de ancho hecha con hierro galvanizado, ubicándose en el sector Papelón del Parque Nacional El Ávila cerca del Humboldt, a 1.530 msnm. Esta posee 74 reflectores de 150 vatios cada uno, por lo que su encendido requiere 11.100 vatios.

Ottomar Pfersdorff fallece curiosamente un 1ero de diciembre cuando tradicionalmente se enciende la Cruz del Ávila.

La Cruz corona el majestuoso Parque Nacional El Ávila y nos recuerda que más que una tradición para los caraqueños, marca el inicio de un tiempo de compartir con los seres queridos, de reconciliación y de celebrar la navidad.

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